La voz es una herramienta esencial para el periodista que se quiere dedicar a la locución, ya sea en la televisión o en la radio. A la hora de informar sobre una noticia, de hacer una entrevista, de hablar sobre un tema en profundidad o de hacer una crítica sobre el asunto a tratar, es importante tener varios factores en cuenta como la preparación, la concentración, la capacidad de improvisación y el saber cómo es tu audiencia. Hay miles de consejos para tener una buena locución, pero aquí hemos reunido los diez esenciales para hacerlo de la mejor manera posible.
Si muestras seguridad en ti mismo, conseguirás la atención y el interés del público
1 Prepara el tema del que vas a hablar
Al hablar sobre un tema, estarás mucho más cómodo si conoces bien aquello de lo que estás hablando, por lo que si dedicas un tiempo a la preparación, todo irá mejor durante tu locución. Antes de comenzar, ten en cuenta qué asuntos vas a querer tratar o, en caso de que vaya a ser una entrevista, qué información quieres sacar del invitado. En cuanto tengas claro todo esto, organízate para que los datos salgan de la manera mejor estructurada y no tener que recuperar alguna cuestión que ya habías dado por cerrada al comenzar una nueva.
2 Estate concentrado en todo momento
No solo tienes que concentrarte durante la preparación, sino también durante el tiempo que estés locutando, ya que no es un trabajo individual y tendrás que estar atento a muchos más asuntos. No solo tienes que pensar en tu locución sino que hay que estar alerta por si te dan instrucciones desde control, o el director te pide que vayas por otro camino, o el regidor te avisa de que hay que cambiar de tema para dar paso al siguiente.
3 Aprende a improvisar
Si tienes bien preparado el tema que vas a tratar, te será más fácil improvisar, algo esencial para una locución en la que influyen muchos factores. Puede haber un fallo técnico, te puedes quedar en blanco, puede aparecer un espontaneo, un entrevistado te puede echar por tierra tus argumentos... Para todo ello es importante tener la capacidad de improvisar, tener rapidez de pensamiento, saber cómo reaccionar en cualquier momento y, en definitiva, ser resuelto.
4 Ten confianza y no titubees
Para el oyente o espectador, tú eres un experto en la materia de la que estás hablando y por eso les estás informando. Por ello, tienes que tener confianza en tus frases y en tus argumentos, para que quien los reciba también la tenga en ti. Además, intenta no titubear mientras hablas, no dudes, no te repitas, trata de no utilizar muletillas y deshazte de los "eeeh" y los "mmm".
5 Estudia cómo es tu audiencia
Antes de comenzar tu locución, debes de tener claro cómo es tu audiencia. Por ejemplo, no será lo mismo dirigirte a niños que a mayores, pues cambiarás el vocabulario, los temas, los enfoques y la entonación. Depende de la temática, también influirá la ideología política; podría tener importancia la localidad del espectador u oyente, el sexo de este... Cuanto más sepas de las personas a las que te diriges, mejor será tu mensaje y mayor efecto tendrá en el destinatario.
6 Usa un lenguaje sencillo
Por lo general, es aconsejable utilizar un lenguaje sencillo mientras estamos locutando. De esta manera, los oyentes y los espectadores podrán seguir el mensaje más claramente gracias al uso de palabras fáciles de entender y con frases comprensibles. Esto no solo ayudará a que se comprenda mejor, sino que se apreciará una mayor cercanía por parte del locutor, quien a su vez se sentirá más cómodo. No obstante, es lógico que depende del tema que se trate, el lenguaje del discurso requerirá una menor o mayor complejidad.
7 Haz ejercicios de respiración y dicción
Para tener una buena locución es importante hacer ejercicios de respiración, así como controlar la velocidad de tus palabras al hablar para no asfixiarte. Además, hay que entrenar las cuerdas vocales y hacer ejercicios con la lengua y los labios. Es indispensable tener una buena dicción para que el oyente reciba tu mensaje de un modo limpio. Si necesitas hacer ejercicios para mejorarla, los más recomendables son hablar mordiendo un lápiz, leer en voz alta y decir trabalenguas. Lo mejor es que te grabes, para que luego te puedas escuchar y juzgarte tú mismo.
8 Cuida tu voz
Lógicamente, la voz es la herramienta principal (y esencial) para locutar, por lo que todos los puntos que hemos tratado no valdrán de nada si no hay voz. Es importante cuidarla día a día y estos consejos te ayudan a que se mantenga en perfecto estado: bebe mucha agua; evita el alcohol, así como las bebidas frías y calientes; no fumes; haz gárgaras; no grites y protege tu gargantea para no resfriarte.
9 Escucha a compañeros y profesionales
Todos tenemos locutores que nos gustan más y los que nos gustan menos. Es importante escuchar a ambas partes para aprender analizando, desde el punto de vista del oyente, qué es lo que funciona y lo que no. Realizando este ejercicio también podremos observar cómo llevan ellos a cabo los puntos anteriores: el lenguaje qué utilizan, cómo improvisan según en qué momentos, los vicios que tienen al hablar... Aun así, por mucho que les escuchemos, tenemos que evitar caer en el peligro de imitar su estilo en lugar de buscar el nuestro propio.
10 Disfruta con tu trabajo
Parece una obviedad y algo muy fácil de decir, pero disfrutar mientras estamos hablando en la radio o en la televisión es muy importante. La actitud del locutor se transmite en el discurso, pues al oyente le llega y eso ayuda a empatizar más. Por el lado contrario, si un espectador siente que el locutor está trabajando desganado o a disgusto (sin que el tema lo requiera), el mensaje no tendrá ningún efecto y cambiarán de cadena o emisora.