Presentar un buen currículum es esencial cuando te postulas para un puesto de trabajo, quieres obtener una beca o una ayuda o deseas acceder a un máster. Para ello, además, debes mostrar tus títulos, certificaciones y otros logros académicos que complementen la información. Sin embargo, todavía se puede ir más allá para ofrecer una buena imagen entregando una carta de motivación. Se trata de un documento en el que, como candidata o candidato, te presentas al responsable de la selección, explicando todos aquellos aspectos que te han motivado o te han llevado a querer obtener ese trabajo.
Consejos para elaborar una buena carta de motivación
Como cualquier otra carta, debes empezar escribiendo tus datos personales en la parte superior y mantener una estructura base que conste de una introducción, un desarrollo y una conclusión. Así pues, debes comenzar relatando tu trayectoria, seguir con un desarrollo en el que expliques tu motivación y las razones que te convierten en la mejor opción y terminar con un final en el que agradezcas la atención prestada y te ofrezcas a facilitar más información en caso de que así lo deseen. No obstante, si estas indicaciones no son suficientes y no sabes muy bien cómo elaborar una carta de motivación, a continuación, te ofrecemos una serie de características que debes tener en cuenta.
1 Adapta la carta al puesto que solicitas
Si se te ha pasado por la cabeza utilizar un modelo de carta de motivación de los muchos que se pueden encontrar por Internet, ya puedes quitártelo de la cabeza. Está bien que lo uses como ejemplo o que lo tengas como referencia, pero debes elaborar una carta que sea personal y que se ajuste específicamente al puesto que solicitas. Es decir, no es lo mismo aspirar a un cargo en el departamento de arte que en el de producción, por lo que debes enfocar tu carta al ámbito específico en el que estés interesado. Igualmente, nunca debes presentar la misma carta a todos los puestos porque, aunque pueda ser el mismo trabajo o especialidad, la empresa o compañía no lo será y debes ajustarte a sus condiciones y filosofía.
2 Muestra motivación y pasión por el puesto
Aunque suene lógico, pues solemos buscar trabajos o pedir becas que nos interesan y que se ajustan a nuestra formación y gustos, en todo momento debemos mostrar motivación por aquello que solicitamos. De hecho, no es lo mismo enviar una carta de motivación común y básica que otra en la que mostramos total entusiasmo, pues gracias a esta característica podrán observar la energía, la vitalidad, el optimismo y el interés que nos produce. Igualmente, el entusiasmo es seña de inteligencia emocional, de actitud positiva ante cualquier contratiempo que pueda surgir y un indicativo que favorece el esfuerzo y que nos mueve a realizar acciones. Dar visibilidad a esta parte más personal nos ayudará a diferenciarnos de nuestra competencia.
3 Potencia tus puntos fuertes
También puede sonar evidente, pero uno de los aspectos más importantes es potenciar tus puntos fuertes. Puede que a veces nos resulte más sencillo identificar nuestros puntos débiles, pero no por ello tenemos que ceñirnos a ellos, más bien tenemos que enfocar todos los esfuerzos en recalcar nuestras virtudes y defender aquello que mejor sabemos hacer. Eso sí, cuidado con la actitud con la que muestras esta parte positiva de tus cualidades, pues puedes pecar de parecer soberbio o dar la sensación de que careces del sentido de la autocrítica. En definitiva, lo primordial es que seas sincero y humilde con lo que transmites en la carta y que utilices ejemplos para ilustrar todas esas virtudes que te caracterizan y te convierten en un candidato diferente al resto.
4 Usa las palabras adecuadas
A la hora de lanzarte a escribir, recuerda que también es importante usar las palabras adecuadas y pertinentes. Para ello, primero debes tener en cuenta a quién va dirigida la carta porque esto te permitirá saber qué tono se ajusta mejor y cuál debes utilizar en la redacción. Después tienes que evitar ciertos aspectos que pueden resultar perjudiciales, como empezar las oraciones con "yo", hacer uso de verbos en pasiva y condicionales o emplear términos, expresiones o construcciones complejas. Tampoco repitas todo el rato las mismas palabras, procura usar sinónimos, pues esta técnica enriquecerá tu vocabulario. Asimismo, utiliza un lenguaje que resulte persuasivo y elocuente.
5 Cuidado con las faltas de ortografía
No hay nada peor que enviar una carta de motivación que incluya errores de ortografía porque estas te desacreditan y te dejan en muy mal lugar. Por este motivo, una vez tengas todos los apartados redactados, recuerda volver a leerla detenidamente y revisar todo párrafo por párrafo. Esto te servirá para comprobar si te has dejado algo importante en el tintero, pero sobre todo te ayudará a corregir posibles errores que se te hayan pasado por alto, ya sean términos mal empleados, palabras repetidas, faltas de ortografía o fallos de expresión. Tampoco uses abreviaturas, no todo el mundo las comprende y pueden llevar a equívoco y producir una confusión que dé mala imagen.
6 Procura que no sea muy extensa
Por último, intenta que el resultado final no sea muy extenso porque una carta muy larga puede hacer que el lector se aburra y pierda el interés en ti. Tampoco te dejes aspectos sin contar, la clave es ser escueto pero poniendo en relieve todos tus puntos fuertes, las características que te definen y todo aquello que te motiva para el puesto para el que te postulas. En este caso, lo más indicado es una extensión máxima de una página. Además, procura que tu carta sea original, eso siempre es un valor añadido y consigue captar más la atención del receptor.