Uno de los primeros retos a los que una persona se enfrenta a la hora de introducirse en el mundo laboral es la entrevista de trabajo. Supone un primer contacto con la empresa a la que uno aspira a ingresar y puede convertirse un importante trampolín a la hora de captar el interés de los entrevistadores para conseguir el puesto de trabajo que deseamos. Mostrarnos seguros y relajados puede suponer un plus, pero también lo es el hecho de tener respuestas seguras y sinceras durante el encuentro para convencer al entrevistador de que somos el candidato ideal.
10 preguntas muy comunes que debes manejar en una entrevista de trabajo
Al acudir a una entrevista los nervios pueden jugar una mala pasada a algunos. Sin embargo, tenemos la oportunidad de contar con algunos "pilares" que nos aporten cierta seguridad a la hora de afrontar el encuentro, dado que es muy común que haya ciertas cuestiones que se repitan en cada entrevista de trabajo, tanto dentro como fuera del mundo audiovisual. Preguntas que, al ser habituales, también implica que cuenten con importante peso de cara a causar una buena primera impresión. Por esa razón, es recomendable que uno esté preparado previamente, con el fin de contar en la recámara con respuestas convincentes que nos acerquen al empleo que deseamos.
1 Hábleme de usted
Hablar de uno mismo en una entrevista de trabajo suele ser un primer paso muy habitual para romper el hielo e invitar al entrevistador a subir el primer escalón hacia nuestra contratación. Con ella, se pretende tener una visión generalizada del candidato a un puesto de trabajo antes de dar paso a otras cuestiones. Por eso, no debemos centrarnos en la vida personal, a no ser que algún aspecto tenga relación con nuestro potencial empleo. Por ejemplo, en caso de trabajar en nuestro tiempo libre en un blog, una web o una cuenta en una red social dedicadas a fotografía, cine, televisión u otros aspectos de la industria audiovisual relacionadas con el cargo al que aspiramos, supondría un empujón para nuestra posible contratación.
En cualquier caso, exponer tu experiencia, competencias o intereses, entre otros aspectos, puede ser una buena introducción. No supone recitar tu currículum al completo, sino ir más allá de lo que se pueda leer en él e, incluso, compartir anécdotas o impresiones de tus experiencias y estudios. Además, aportar una descripción o aspectos de nuestra personalidad, tanto a nivel personal como profesional, puede ayudarnos a la hora de conseguir el trabajo: si destacamos cualidades como tener una mente abierta, ser creativo o poseer un gran interés por aprender cosas nuevas, puede convertirse en un buen punto de partida. Después de todo, cuestiones de este tipo buscan saber qué tiene que ofrecer el entrevistado a la empresa y por qué podría ser valioso para ella.
2 ¿Cómo conoció nuestra empresa?
Es habitual que se pregunte sobre nuestros conocimientos acerca de la empresa para la que aspiramos a trabajar o, incluso, cómo accedimos a la oferta de trabajo. Tener datos sobre el lugar en el que deseas trabajar es fundamental para causar una buena impresión, ya que deja patente que tienes interés al haber buscado información como desde cuándo lleva operando dicha entidad, su tipo de público, si trabaja a nivel local, nacional o internacional, qué es lo que ofrece o en qué proyectos ha estado implicada, entre otros muchos aspectos. Toda la información que podamos recabar sobre nuestro posible lugar de trabajo puede ayudarnos a estar preparados para cuestiones de todo tipo y, de paso, demostrar que tenemos interés en la empresa, más allá del puesto y el salario que nos pueda ofrecer una vez nos contrate.
3 ¿Cuál es su experiencia en este puesto?
Es una de las preguntas más habituales que uno se puede encontrar en una entrevista de trabajo y es importante responderla con sinceridad. Si contamos con experiencia previa, lo esencial es mencionar aquella que esté relacionada con el puesto de trabajo al que aspiramos para asegurar el terreno y que valoren nuestra experiencia. Además, destacar nuestros logros a nivel profesional, sin despegarnos demasiado del puesto al que aspiramos, también suma puntos de cara a que podamos ser contratados, tanto como los retos a los que nos hayamos podido enfrentar y que hayamos logrado resolver.
No obstante, puede darse el caso de que no tengas ninguna experiencia laboral previa, quizás solo a nivel del sector al que quieres acceder, o quizás estás en busca de un ansiado primer puesto de trabajo. En ese caso, hay que tratar de ofrecer una respuesta convincente relacionada con alguna experiencia del pasado, por mínima que sea, tratando de enlazarlo con el cargo que queremos alcanzar y subrayando nuestras cualidades en el ámbito profesional. Hablar sobre prácticas en empresas, becas en el extranjero, voluntariado o empleos temporales que hayas tenido puede sumar puntos para que nos contraten, a pesar de que contemos con una menor experiencia.
4 ¿Cuáles son sus virtudes? ¿Y sus defectos?
Estas preguntas suelen plantearse juntas y sirven al entrevistador para conocer si tu personalidad encaja con la empresa y el puesto de trabajo que persigues. Para responderla adecuadamente, uno debe conocerse a sí mismo y meditar una respuesta buena y sincera que no perjudique nuestras opciones a la hora de ser contratados. Al hablar de nuestras fortalezas, quizás contemos con una amplia lista, por lo que lo ideal sería enfocarse en aquellas cualidades que nos favorezcan a la hora de ejercer nuestro futuro empleo.
Por ejemplo, cualidades como la extroversión o el hecho de ser locuaz, suponen un punto fuerte a la hora de ejercer labores como las que realizan los actores, presentadores o locutores, mientras que esas cualidades no tendrían quizás tanto peso en trabajos que no requieran tanto contacto personal, como pueden ser las labores de un diseñador o de un programador web, entre otros. El hecho de tener en cuenta cuáles son las cualidades más buscadas por las empresas audiovisuales también puede suponer un empujón para causar una buena impresión: virtudes como la facilidad para trabajar en equipo, ser flexible o responsable, o implicarse en las tareas, son algunos ejemplos de lo que las entidades suelen buscar.
En el caso de los defectos, también hay que tener en cuenta el hecho de que los que reconozcamos durante la entrevista no acaben perjudicando nuestras opciones a la hora de obtener el cargo. Por ese motivo, lo más recomendable es que reconozcamos aquellos defectos de los que seamos realmente conscientes y que incluso estemos tratando de dejar atrás, sin comprometer nuestro futuro empleo. Asimismo, tópicos como "soy demasiado ordenado, perfeccionista o exigente" o "soy incapaz de desconectar del trabajo" tampoco ayudan a ganar puntos. Apostar por este tipo de "defectos" con cierta raíz en una virtud y a los que se suele recurrir demasiado a menudo, en lugar de reconocer una pequeña y auténtica falta, nos alejará de la credibilidad, un aspecto esencial para convencer a las personas encargadas de contratarnos de que somos la elección acertada.
5 ¿Por qué dejó su anterior puesto de trabajo?
Es probable que, durante la entrevista, se plantee esta pregunta o alguna relacionada con tu anterior empleo, con el fin de que el entrevistador conozca un poco más a fondo los motivos por los que quieres conseguir un puesto de trabajo en su empresa. Lo importante es centrarse en los hechos, siendo honesto y enfocándote en tu futuro profesional, para dejar clara tu firme apuesta a favor de tu posible nuevo empleo. Asimismo, apostar por dar razones de peso para querer el empleo al que aspiras, como buscar nuevos retos, querer aprender o incluso estar más cerca de la familia, pueden suponer un escalón más hacia nuestro fichaje.
En la entrevista también se puede plantear incluso cuestiones acerca de nuestro anterior jefe o entorno de trabajo. Lo ideal es centrarse en lo positivo y evitar aspectos negativos que pudiéramos vivir en nuestro anterior empleo, con el fin de alejarse de crear prejuicios que nos perjudiquen de cara a nuestra posible contratación. Otra pregunta que se nos puede plantear acerca de anteriores cargos que hayamos ejercido es por qué duramos tan poco en un determinado puesto, si es que así está reflejado en nuestro currículum. En estos casos, se suele formular dicha pregunta ante la preocupación de que ese período fue breve por nuestra actitud o nuestra forma de trabajar, o hubo en realidad otros factores. Como en el caso de hablar de nuestro exjefe o nuestros excompañeros, debemos centrarnos siempre en aspectos positivos de nuestra experiencia y apostar por motivos razonables o de peso como buscar otras oportunidades, la localización del lugar de trabajo a donde debías acudir, el horario o, simplemente, que tu anterior empleo no resultó ser como esperabas.
6 ¿Por qué quiere conseguir este trabajo?
Al igual que la pregunta sobre tus conocimientos acerca de la entidad en la que aspiras a trabajar, esta cuestión busca el objetivo de evaluar cuánto sabes acerca del puesto que deseas ostentar. Por esa razón, supone una ocasión perfecta para demostrar no solo lo que sabes acerca del puesto y de la empresa, sino también para dejar claro qué aspectos de ambos te atraen o te parecen positivos. Puedes destacar, por ejemplo, el potencial aprendizaje que supondría para nosotros el empleo que deseamos o la motivación que sentimos ante la posibilidad de ejercerlo. Son buenos argumentos para justificar nuestra presencia en la entrevista de trabajo y animar a los encargados a apostar por nosotros.
7 ¿Por qué deberíamos contratarle?
En este caso, lo que busca el entrevistador por encima de todo es confirmar si eres o no el candidato más adecuado para el puesto de entre todos los que hayan entrevistado. Es la oportunidad perfecta para apostar por nosotros mismos con total firmeza, explicando con claridad y sencillez los motivos por los que crees ser la elección correcta para un determinado puesto de trabajo. Para ello, podemos recurrir no solo a recalcar nuestras virtudes para ejercer las labores que nos toquen, sino también a nuestras experiencias previas, estudios o conocimientos.
En definitiva, es bueno mencionar los principales aspectos de nuestra vida personal y profesional que concuerden con el empleo que deseamos obtener, sobre todo si es algo que nos pueda distinguir del resto de candidatos. O, lo que es lo mismo: trata de venderte a ti mismo. Una oportunidad perfecta para, además, tirar de los conocimientos que hayas adquirido sobre la empresa y el puesto de trabajo, dejar patente de nuevo tu interés en ambos y concretar lo que realmente puedes aportar de cara al futuro para favorecer a la entidad.
8 ¿Cómo maneja el estrés y la presión?
El estrés o la presión pueden formar parte de la vida laboral en muchas ocasiones. Por ejemplo, la existencia de los plazos de entrega o la aparición de noticias de última hora que hay que publicar con rapidez son dos de los muchos casos por los que uno puede sumergirse en situaciones de estrés o cargadas de presión en el mundo audiovisual. Cuestiones de este tipo buscan conocer cómo lidia el entrevistado cuando la situación no es precisamente cómoda para ejercer nuestra labor. En esta ocasión, reconocer que sufrimos de estrés laboral o ansiedad, entre otros aspectos, puede perjudicar nuestras opciones a la hora de ser contratados, por lo que conviene destacar aspectos positivos de nuestra personalidad a la hora de enfrentarse a esta clase de situaciones, como el hecho de que nos mostremos igualmente productivos u optimistas, entre otras opciones.
9 ¿Cuáles son sus expectativas salariales?
El sueldo suele ser un tema que se saca a la luz durante los primeros contactos con la empresa en la que deseamos trabajar. Es importante conocer tanto la realidad del mercado audiovisual como la de la empresa a la que queremos incorporarnos, y hay expertos que incluso recomiendan decir una cantidad ligeramente más elevada de lo que uno cree que le van a ofrecer porque, al fin y al cabo, el empleador siempre está a tiempo de hacer una contraoferta menor.
A pesar de que responder con un rango con distintas cantidades suele ser la opción más acertada, incluso cuando desconocemos exactamente qué remuneración podríamos recibir por nuestro trabajo, a veces tampoco es esencial dar esta clase de respuesta. En caso de que prefiramos no arriesgarnos, sobre todo a la hora de aspirar a conseguir nuestro primer empleo, podemos recurrir a la opción de esperar a que sea la entidad quien haga la primera propuesta o incluso apostar por argumentos más ambiguos como la búsqueda de un "salario competitivo", asegurando por ejemplo que esa no es precisamente nuestra meta, sino que también tenemos en cuenta lo mucho que el empleo y la empresa puedan favorecer a nuestra experiencia y nuestra carrera profesional. En todo caso, en nuestra respuesta siempre debemos tener en cuenta el empleo que queremos conseguir y las responsabilidades, horas y trabajo que implica.
10 ¿Dónde se ve dentro de cinco años?
Preguntar sobre el futuro profesional también es una cuestión bastante corriente en las entrevistas de trabajo, ya sea con vistas a nuestra situación dentro de cinco años como de diez, por ejemplo. Una de las metas que persigue este tipo de cuestiones es averiguar si el candidato tendría intenciones de permanecer en la entidad a largo plazo, por lo que lo más adecuado es mostrar nuestro interés en dicho aspecto tanto en el empleo como en la propia empresa. Es un contexto que debemos mantener siempre presente a la hora de hablar de nuestro futuro profesional. Asimismo, mostrarnos optimistas, manifestar nuestra disposición para asumir más retos y responsabilidades o incluso apostar por la experiencia y la formación que nuestro tiempo en la empresa nos pueda reportar, pueden suponer puntos extra a la hora de conseguir el cargo.