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PRIMEROS PASOS

Recomendaciones para grabar sonido adecuadamente

Tener en cuenta ciertos aspectos básicos, puede marcar la diferencia entre obtener un buen o mal resultado.

Recomendaciones para grabar sonido adecuadamente
Por Beatriz Prieto | Publicado: Viernes 24 Julio 2020 10:46

En el ámbito audiovisual, tanto imagen como sonido son elementos fundamentales en muchos de los trabajos y proyectos que en él se incluyen. No obstante, mientras que el primero suele ser especialmente mimado, aquellos que no se dedican al mundo del sonido suelen tender a obviar su increíble pero imperceptible importancia. De hecho, es muy fácil que pase desapercibido siempre que esté bien captado y reproducido; mientras que, si el audio tiene aspectos o momentos chirriantes, desagradables, suele ser un detalle del que enseguida nos damos cuenta.

Ciertos dispositivos pueden mejorar notablemente la calidad del sonido

Ciertos dispositivos pueden mejorar notablemente la calidad del sonido

Por ese motivo, vaya o no acompañado de imagen u otros elementos, es fundamental contar con un buen audio. A pesar de lo mucho que pueda pasar desapercibido, a la hora de preparar nuestros proyectos, ya sea un corto, un videobook, un reportaje o una entrevista, entre otros muchos, no haber captado el audio correctamente puede estropear el resultado final. Con el fin de evitar problemas a la hora de iniciarnos en el complejo mundo del sonido, recogemos algunos consejos básicos que, a la hora de grabar, pueden marcar la diferencia en el resultado final, sobre todo de cara a exponernos ante gente con gran experiencia en el mundo audiovisual.

1 Dispón de un espacio físico adecuado

Uno de los aspectos más básicos a tener en cuenta al captar audio es dónde va a tener lugar dicho proceso. Para captar sonido ambiente o una intervención en un espacio abierto, no tenemos que preocuparnos por este aspecto, pero sí en caso de realizar una locución o una entrevista en un lugar cerrado. Obviamente, no todo el mundo cuenta con un estudio de grabación al que pueda recurrir, por lo que es importante dedicar cierto tiempo a acondicionar el sitio en el que vayamos a captar el sonido que deseamos. Y es que, por muy bueno que sea el equipo con el que contemos, si el entorno acústico no es el adecuado, puede echar al traste nuestra grabación.

Por ello, escoger una estancia lo más silenciosa posible, quizás apartada de la calle y también del baño o la cocina, puede ser un factor determinante, dado que así evitaremos con toda seguridad que se cuelen en nuestra grabación ruidos inesperados del exterior o procedentes de dichas estancias tan utilizadas en el hogar. Además, detalles como el hecho de que la habitación sea rectangular en lugar de cuadrada, que cuente con un techo elevado o que carezca de exceso de elementos reflectantes (como ventanas, espejos o azulejos), pueden marcar cierta diferencia a la hora de grabar con calidad. No obstante, tampoco son características que haya que respetar al pie de la letra, aunque es preferible contar con ellas al igual que, por ejemplo, trabajar en una estancia con muebles que reduzcan el eco de nuestra voz, efecto que puede resultar un tanto molesto.

Otro aspecto con el que hay que tener cuidado a la hora de grabar en un espacio cerrado es el efecto "rebote" que pueden generar las paredes. Para evitarlo, se pueden emplear materiales de acondicionamientos acústico, es decir, aquellos que evitan la reverberación de nuestra voz y ayudan a que se capte "seca", con claridad, como pueden ser la fibra de vidrio o la esponja acústica. Sin embargo, si queremos emplear otras opciones que requieran menos gasto, podemos recurrir a una pantalla acústica, colocada a la altura del micrófono, mantener las distancias con las paredes a la hora de grabar o incluso utilizar elementos como alfombras o cortinas gruesas que "absorban" dicha reverberación. También es común entre los principiantes en sonido recurrir a hueveras de cartón para colocar en las paredes. No obstante, aunque es barato, lamentablemente dicho material no marca una gran diferencia en cuanto a evitar el efecto rebote.

2 Encuentra un momento tranquilo para grabar

Contar con una estancia más o menos adecuada para una grabación de cierta calidad no garantiza que no se cuelen ruidos externos en nuestra grabación, especialmente si no es un lugar acústicamente aislado. Por esa razón, el hecho de tener claro cuál es el mejor momento del día en el que poder grabar con tranquilidad, sin interrupciones, supone también un plus a la hora de evitar que se cuelen ruidos durante el proceso o que tengamos que interrumpirlo por alguna razón ajena a nosotros.

Con el fin de encontrar el momento adecuado, debemos conocer las condiciones del lugar en el que vamos a captar el sonido: si es en nuestra casa, quizás podemos intentar dar con un momento del día en el que estemos solos, mientras que si es en un entorno más público, como una cafetería, lo preferible sería grabar en una franja horaria en la que haya menos clientela presente. No obstante, si no hay más remedio que grabar en un momento o lugar ruidoso, lo recomendable es situar la fuente a nuestra espalda, para evitar exponer en exceso a nuestro dispositivo de grabación.

3 Cuenta con un equipo adecuado a tus necesidades

Disponer de un equipo de grabación apropiado marca una gran diferencia en el resultado, dado que no es lo mismo captar el sonido con un micrófono profesional que con un smartphone. De entrada, si queremos grabar vídeo, no vale contar únicamente con el micrófono incorporado en la cámara que empleemos, sino que debemos disponer de un micrófono o grabadora externos (los primeros suelen captar una mejor calidad que las segundas) que se encargue solo de captar el sonido. Esto es importante, dado que las cámaras cuentan con micrófonos omnidireccionales, es decir, captan el sonido procedente de todas las direcciones, por lo que registrarán no solo nuestra voz, sino también la del entorno que nos rodea, lo que impediría que editáramos el sonido principal debidamente.

El mundo de los micrófonos cuenta con un amplísimo abanico de modelos que hay que tener en cuenta a la hora de elegir el ideal para lo que deseamos realizar. No se emplea el mismo dispositivo en un concierto que en un videoblog o un directo que realicemos en casa. En el primer caso, se suelen usar micrófonos dinámicos, quizás los más conocidos, que también se suelen ver en algunos estudios de grabación o en radio, dado que son muy resistentes, se utilizan cerca de la fuente a grabar y soportan volúmenes elevados. En el segundo caso, los micros más comunes suelen ser los de condensador, generalmente de membrana grande, más sensibles al sonido y que suelen precisar de alimentación. Otros micrófonos que son habituales a la hora de captar voces, son los de solapa, aquellos que se colocan en el cuello de la ropa; y los micros shotgun o de cañón, usados en el rodaje de series o películas, que generalmente se emplean con pértiga y que, por lo tanto, han de ser colocados sobre la fuente de sonido.

A grandes rasgos, estas son algunas de las múltiples y muy variadas opciones a tener en cuenta a la hora de buscar un dispositivo adecuado para grabar. Estos dispositivos, además, cuentan con múltiples complementos, como pueden ser las almohadillas o espumas, útiles en caso de que grabemos en el exterior y haya mucho viento. Sin embargo, de decantarnos por una opción más económica, por ejemplo en caso de que no grabemos de forma habitual, siempre podemos recurrir al móvil. En ese caso, hay que tener claro dónde está el micro exactamente y asegurarnos de que nada obstruya dicha entrada, además de que será mejor que silenciemos las notificaciones y llamadas, para evitar interrupciones. También existe la posibilidad de utilizar los típicos auriculares con micrófono, y colocarlos a modo de micro de solapa, con el fin de captar nuestra voz de la forma más clara posible.

4 Ten especial cuidado con la posición del micrófono

Aunque empleemos un buen micrófono durante la grabación, la calidad del sonido que captemos también depende de la posición en la que lo coloquemos, sobre todo cuando el tipo de micro puede determinar donde ha de ser colocado para realizar su función. A la hora de grabar, es importante que el dispositivo encargado de registrar el audio esté cerca de la fuente, más o menos a un puño de distancia, sobre todo en caso de que nos encontremos en un lugar bullicioso. Es decir, si vamos a registrar nuestra voz, lo mejor es que el micro se sitúe cerca de nuestra boca para grabarlo con claridad.

Asimismo, el hecho de contar con un trípode sobre el que situar nuestro micrófono, que deberemos situar sobre una superficie firme y estable, puede suponer un gran apoyo no solo para evitar que nos cansemos de sostenerlo y tener las manos libres, al igual que, al no sostenerlo nosotros mismos, el micrófono no captará aquellas "ráfagas" o sonidos que podamos generar con nuestro movimiento y que pueden estropear el resultado final. La clase de micrófono que utilicemos también determina determinar dónde ha de colocarse: no es lo mismo grabar con un micrófono de cañón, unidireccional, que solo capta el audio procedente de la dirección a la que apunta, que recurrir a uno omnidireccional, capaz de grabar cualquier fuente que se halle a su alrededor.

5 Escucha atentamente lo que has grabado

Con el fin de obtener un buen resultado final de nuestra grabación, es esencial que prestemos suma atención a mientras lo escuchamos. Es posible que, en nuestros primeros proyectos, no reparemos en ciertos detalles o efectos que pueden ser evidentes ante gente con más experiencia, algo que en el mundo audiovisual puede pasar factura. En concreto, existen algunos "problemas" muy comunes a la hora de captar sonido, con los que debemos tener especial cuidado, incluso aunque aparentemente puedan resultar imperceptibles, como pueden ser el popping o la sibilancia.

En el caso del primero, al pronunciar los sonidos "B" o "P", expulsamos un fuerte corriente de aire que puede afectar a nuestra grabación al "golpear" el micrófono, lo que crea un sonido cortante conocido como popping. Para evitarlo, podemos proyectar la voz fuera del eje del micro o, lo más habitual, usar un antipop, una especie de rejilla que "absorbe" dichos "golpes". Un elemento que, en caso de que no contemos con él, podemos sustituirlo por algo más económico: un círculo de madera cuyo interior estará envuelto por una media, o incluso podemos limitarnos a usar un colador. En cuanto a la sibilancia, se refiere a los golpes de aire de alta frecuencia que generamos al pronunciar los sonidos "F" y "S", que podemos evitar tanto locutando fuera del eje como sujetando un lápiz contra el centro del micrófono, con el fin de que los "golpes" se dividan hacia los lados del mismo.

Para captar estos inconvenientes, siempre podemos probar a locutar distintos trabalenguas en los que se repitan los sonidos "B", "P", "F" o "S", con el fin de poder escuchar cómo se perciben de no contar con medios para atajar el popping y la sibilancia que generan. Además, el hecho de escuchar atentamente nuestras grabaciones también puede ayudarnos a reparar en ruidos que hayamos pasado por alto durante el proceso, como pasos o voces, incluso nuestra propia respiración, al igual que podemos localizar errores inconscientes como el modificar nuestra distancia con respecto al micrófono, lo que puede generar que nuestra voz se oiga más alta o más baja en algunos momentos. Prestar suma atención a lo que hemos grabado, también nos ayuda a comprobar si nuestra entonación o volumen son adecuados, o si hay ciertos momentos de silencio que quizás son demasiado extensos.

6 No te agobies si tienes que repetir

Errar es humano, y también lo es a la hora de grabar sonido, especialmente si se trata de una locución o un diálogo. Puede que durante el proceso haya momentos en los que nos quedemos atascados o digamos alguna palabra de forma incorrecta, incluso aunque nos hayamos leído nuestro guion mil veces o nos hayamos preparado a conciencia lo que queremos decir, y eso no tiene por qué suponer ningún problema. Para evitar tropezar, siempre es bueno controlar la respiración mientras hablamos y tratar de no acelerarnos durante la locución, dado que es más sencillo equivocarse cuanto más rápido hablemos.

Además, no es estrictamente necesario parar con cada pausa o errata, risa o comentario que surja durante la grabación, dado que contamos con programas de edición que podemos emplear después para mejorar el resultado. Sin embargo, dar marcha atrás y repetir el momento en el que nos hemos interrumpido, desde el comienzo de una frase o intervención, dará mejor resultado y nos evitará tener que editar el sonido o intentar hacer un "corta y pega", sobre todo si contamos con conocimientos de nivel básico sobre audio. De hecho, la práctica, al igual que la paciencia, puede ayudarnos en el futuro a la hora de locutar o grabar sonido, dado que iremos cogiendo soltura y experiencia con las que mejorar dichas disciplinas.

7 Utiliza una aplicación o programa de sonido

Más allá de contar con un dispositivo donde almacenar el audio que hemos grabado, es bueno disponer de un software para, aunque sea, dar los últimos retoques antes de tener el resultado definitivo más perfecto posible. Dispositivos como los smartphones suelen contar con alguna aplicación para captar sonido, no tanto para editarlo mucho más allá de subir-bajar el volumen o cortar y pegar, por lo que es más habitual (y más recomendable) realizar dicha labor en un ordenador, dispositivo para el que hay multitud de programas para editar audio, con más o menos nivel profesional. Gracias a estos softwares, podemos pulir nuestra grabación, modificando el volumen en caso de que existan diferencias entre unos momentos u otros; limpiando el ruido ambiental que hayamos podido pasar por alto o acortando los silencios que hayamos prolongado en exceso, entre otras muchas modificaciones.

Asimismo, podemos añadir música de fondo o efectos para enriquecer nuestra grabación, siempre con el volumen adecuado y que esté acorde a la finalidad para la que hemos registrado el audio; al igual que podemos disponer de sonido ambiente grabado previamente, para utilizarlo como recurso durante la edición, a la hora de cubrir silencios, por ejemplo. Si no disponemos de nuestros propios recursos en este aspecto, en Internet hay múltiples bancos de sonido libres de derechos a los que podemos recurrir. Incluso la propia plataforma de Youtube cuenta con una Biblioteca de Audio o Audio Library, en la que están recogidas canciones y efectos para utilizar de forma gratuita. De hecho, recurrir a dicha red social en busca de tutoriales también es algo muy habitual, aunque, si estás empezando en el mundo del sonido o no tienes intención de adquirir grandes conocimientos al respecto, siempre es mejor no complicarse y grabar la pieza lo mejor posible para evitar quebraderos de cabeza a la hora de editar.

En cuanto a programas con los que podamos trabajar, hay una larga lista de posibilidades dependiendo del precio y de lo complejo que queramos que sea. Por sorprendente que pueda parecer, en el ámbito del sonido hay multitud de buenas herramientas gratuitas que, en general, suelen ser sencillas aunque eficaces, como pueden ser Audacity, Power Sound Editor, WaveSurfer, Ardour o Fission, entre otros muchos, dependiendo del sistema operativo que tengamos en nuestro ordenador. Por supuesto, también hay disponibles softwares de pago para editar y grabar audio, como es el caso de Adobe Audition, potente programa profesional de Adobe para tal fin que, como el resto de su "familia", requiere pagar una suscripción para su uso; o Sony Sound Forge Audio Studio 10, un programa de alta categoría de Sony. Toda una amplia gama de posibilidades que podemos explorar a la hora de descubrir qué herramienta es la adecuada para nuestro propósito y con cuál trabajamos mejor.