A la hora de introducirnos en el mundo laboral o presentarnos como un candidato ante una nueva empresa, el currículum es la herramienta esencial y más básica para lograr captar la atención de nuestros potenciales contratadores. Por supuesto, el contenido que incluyamos en él es importantísimo para conseguir un puesto de trabajo, dado que nuestra experiencia laboral y nuestros conocimientos son imprescindibles para averiguar si somos el candidato idóneo o no para ejercer la profesión a la que aspiramos, pero es esencial tener en cuenta otro aspecto que se suele tener subestimar con demasiada frecuencia: el diseño.
El diseño de nuestro currículum es esencial para causar una buena impresión
El diseño de un currículum es cómo presentamos la información sobre nuestra carrera profesional o, lo que es lo mismo, cómo nos presentamos a nosotros mismos ante la empresa a la que enviamos el documento. Lo habitual es que las compañías cuenten con múltiples solicitudes de trabajo en un solo día, por lo que aquellos encargados de encontrar nuevos empleados han de dedicar un tiempo ajustado a cada solicitud. Por ello, presentar un currículo básico, desordenado, demasiado sencillo o con otras características que no nos distingan del resto o que incluso delaten cierta falta de profesionalidad, puede implicar que se nos descarte de inmediato como potenciales empleados.
Como suele decirse, la comida entra por los ojos, algo que también se aplica al currículum: un buen diseño conlleva un plus no solo para que se tenga en cuenta su contenido, sino también para dar una buena primera impresión sobre nuestra profesionalidad en el mundo de la comunicación audiovisual. A través de una buena presentación, dejamos claro nuestro interés en conseguir un puesto de trabajo, al mismo tiempo que podemos destacar aquellas características del ámbito personal que más puedan encajar con la compañía, con el fin de evitar que nos descarten antes de leer siquiera toda la información. Dada la importancia del diseño de este tipo de documento, recogemos a continuación algunos consejos básicos que pueden suponer un plus para demostrar nuestra profesionalidad a la hora de elaborarlo.
1 Cuida la distribución
Presentar el contenido de nuestro currículum bien distribuido a lo largo y ancho de la página es un aspecto muy básico a la hora de plantearnos el diseño del documento. Lo ideal es emplear una retícula como herramienta para repartir lo que queremos recoger: es decir, emplear líneas horizontales y verticales que dividan el documento en módulos, con espacios en blanco entre sí, donde organizaremos la información. Aunque el contenido es lo más importante, a la hora de diseñar un currículum (y cualquier otro documento profesional) no debemos subestimar nunca la importancia del espacio negativo, es decir, aquellas partes del documento que están en blanco. Su existencia da al currículo un aire más ordenador, limpio y profesional, y supone dar un cierto "respiro" entre la información que incluimos. Por esa razón, es esencial mantener líneas en blanco que separen los datos, al igual que debemos mantener unos márgenes aproximados de 2'5 centímetros para evitar que las líneas de texto sean demasiado extensas.
Contar con demasiadas páginas en nuestro currículum puede también desanimar a cualquiera a leerlo. Hay que tener presente que las personas encargadas de valorar nuestra carrera profesional han leído probablemente cientos o miles de currículums, por lo que debemos procurar no solo aportar la información esencial y relevante con respecto al puesto de trabajo al que aspiramos, sino también condensarla de forma adecuada, sin sobrecargar la página visualmente. Un buen método para organizar bien la información y ahorrar espacio, es el de dividir el documento en dos columnas, una más estrecha que la otra. En la ancha, incluiremos datos más extensos y detallados como la experiencia laboral o la educación, mientras que en la más pequeña incluiremos secciones de información más breves, como una pequeña biografía, dominio de software, idiomas, habilidades o detalles de contacto, además de una fotografía en la parte superior.
2 Utiliza colores adecuados
Otro aspecto con el que debemos tener especial cuidado es el color que empleemos en distintos elementos de nuestro currículum. Una elección errónea puede ser chocante e incluso desagradable, hasta el punto de echar al traste el resto de nuestro trabajo, mientras que aplicado de un modo correcto, se convierte en un potente aliado: podemos resaltar aspectos de nuestra carrera profesional, al igual que podemos transmitir ciertos mensajes subliminales. Por costumbre los colores conllevan ciertos significados básicos, que pueden resultarnos de utilidad: el azul transmite frescura, organización; el amarillo, optimismo y cordialidad; el verde, creatividad y sociabilidad; el naranja implica entusiasmo y estabilidad; el rojo, proactividad, energía o liderazgo; el rosa radia amabilidad y elegancia; mientras que el blanco tiene un cierto componente tradicional, más académico.
Dependiendo tanto de nuestros gustos como la empresa o puesto de trabajo al que deseemos optar, siempre podemos emplear uno u otro color a nuestro favor, con el fin de añadir un plus a nuestro currículum que, en muchas ocasiones, pasa desapercibido de forma inconsciente. Sin embargo, es posible que surjan muchas dudas al respecto, por lo que tenemos la posibilidad de recurrir a aquellos colores que suelen tener más éxito a la hora de buscar un trabajo: el negro y el azul. Ambos colores, combinados con el tradicional blanco, transmite una profesionalidad incuestionable que nos evitará quebraderos de cabeza a la hora de escoger el color a aplicar en nuestro currículum.
Aun recurriendo a los colores tradicionales y básicos negro y blanco, lo recomendable es no ajustarse únicamente a ellos, dado que son demasiado corrientes. Complementarlos con un tercer color, e incluso un cuarto, para resaltar secciones de nuestro currículum, gráficos, iconos u otros elementos, ayudan a quitar cierta "rigidez" al documento que puede resultar pesada e incluso aburrida con un golpe de vista. Además, dentro de los colores sugeridos, hay que evitar siempre aquellos tonos más saturados, que resalten de forma excesiva incluso por encima del contenido que enmarcan. Lo ideal es emplear tonos suaves que llamen la atención, pero que no sean pesados sobre el contenido, al igual que la cantidad recomendable de colores suele ser dos colores, como mucho. Con ello, evitamos saturar el diseño del documento y nos aseguramos de que aquello que queramos destacar de verdad resalte sobre el resto del contenido.
3 Ten en cuenta la estructura
Cómo estructuremos la información de nuestro currículum también es una parte del diseño del mismo, aunque en general lo más corriente es dar importancia a las experiencias profesionales y formativas, que se suelen situar en la parte más elevada del documento, en lo que se suele conocer como estructura cronológica. Un tipo de disposición de la información en la que el resto de apartados son complementos tanto de la formación como de la trayectoria profesional, por lo que es ideal para emplear en aquellos casos en los que estamos buscando un empleo en el sector audiovisual en el que tenemos una amplia experiencia.
Es frecuente, además, que dicha información se plasme de forma cronológica, aunque lo ideal es que se haga de forma inversa, es decir, situar las experiencias más recientes al comienzo e ir retrocediendo en el tiempo, dado que son las que más se valoran. Esto se debe a que los conocimientos y habilidades que hemos empleado en ellas son más frescos y están más presentes, respecto a lo que hayamos adquirido en anteriores empleos, cursos y demás prácticas formativas. Por supuesto, romper el orden cronológico no es una buena opción: podría dar lugar a confusión en su lectura, lo que implicaría que fuéramos descartados como posibles candidatos.
Más allá de la estructura cronológica, existen otros dos tipo a los que podemos recurrir según lo que queramos destacar de nuestra carrera profesional o de nuestros conocimientos y habilidades: la funcional y la combinada. En el caso del primer tipo de organización, convierte las habilidades y la descripción de los objetivos en centro del documento, siendo así útil para casos en los que busquemos un empleo para el cual nuestro portafolio o nuestras aptitudes son más relevantes que nuestra carrera profesional. En cuanto a la estructura combinada o mixta, trata de poner el foco tanto en nuestras capacidades como en los logros profesionales y la experiencia laboral, dejando la formación en un segundo plano, siempre que esté relacionada con ese "núcleo" del currículum. Una opción que se ajusta a aquellas ocasiones en las que optamos a un empleo muy especializado, destinado a candidatos con una determinada experiencia laboral, con el fin de diferenciarnos del resto.
4 Emplea una tipografía clara
A la hora de elaborar nuestro currículum, lo ideal es emplear la misma fuente en todo el documento, cambiando aspectos como el tamaño o el grosor. No obstante, podemos recurrir a una segunda fuente, como máximo, dado que emplear varios tipos en el currículo puede inducir al caos y resultar muy poco atractivo a nivel de diseño, por muy ordenada que esté la información. Acerca del tamaño, es muy común que se tienda a emplear letras pequeñas: lo mejor es emplear el equivalente a la fuente Arial con doce puntos para los bloques de texto, mientras que catorce puntos bastarían para los títulos y subtítulos.
El color de nuestro texto también es un aspecto importante a tener en cuenta, aunque depende mucho del diseño de nuestro currículum. El negro, por supuesto, es una de las mejor opciones, sobre todo si se presenta sobre un fondo blanco o de tonos claros. No obstante, si queremos incluir un fondo oscuro, el negro no es una opción, dado que no habría contraste y, en consecuencia, la lectura sería complicada. En cuanto al estilo de la tipografía, no es bueno abusar de ellos: como mucho, lo más recomendable es recurrir a la negrita para los títulos y subtítulos, mientras que podemos utilizar la cursiva para destacar palabras relevantes.
Con respecto a fuentes concretas, es evidente que Times New Roman es muy popular y es empleada con mucha frecuencia, por lo que puede dar a entender una cierta dejadez, mientras que otras como Comic Sans pueden enviar nuestro currículum directamente a la lista de descartados, dado su estilo poco profesional. Ahora bien, a la hora de elegir una fuente para nuestro documento, debemos tener en cuenta que, si optamos por emplear una poco frecuente, al enviar el currículum en formato Word o cualquier otro formato editable, nos arriesgamos a que los encargados de leer nuestro currículum no puedan hacerlo, por lo que es recomendable emplear el formato PDF si lo enviamos digitalmente.
Si deseamos dar un toque diferenciador a nuestro currículum, tenemos diversas fuentes a las que podemos recurrir dependiendo de la situación a la que nos enfrentemos. Si deseamos optar a un puesto de responsabilidad en el sector audiovisual o una compañía con mucho recorrido, una opción sería recurrir a tipografías de carácter tradicional y en general sin serifa, es decir, sin remate, como pueden ser Arial, Helvética, o Calibri, dado su carácter elegante y minimalista, además de otras fuentes como Caslon, Garamond o Cambria, similares a Times New Roman. Si, por el contrario, nos decantamos por un enfoque más original para un puesto que requiere de creatividad, por ejemplo, podemos emplear fuentes como Trebuchet MS, Avenir Next o Lato, sencillas y fáciles de leer o, en caso de preferir una fuente con serifa, podemos recurrir a Merriweather, ideal para leer en pantalla.
5 Facilita la lectura
Tal y como ya hemos mencionado en puntos anteriores, una tipografía adecuada y una estructura clara son elementos básicos a la hora de facilitar una lectura rápida y eficaz de nuestro currículum, pero no es lo único que debemos tener en cuenta a este respecto. Es importante emplear también un leguaje sencillo, con frases cortas, con el fin de transmitir la información lo más claro y rápido posible, con un texto sintetizado y claro. De hecho, también hay que evitar los párrafos largos, apostando por los guiones o puntos para recoger brevemente la información más importante.
Aquellos encargados de leer nuestro currículum han recibido decenas, por lo que es muy probable que dediquen escaso tiempo a cada una de las solicitudes que reciben. Por ello, debemos evitar incluir información innecesaria (lo recomendable es no incluir aquello que tenga una antigüedad mayor a cinco años), al igual que el uso de demasiadas fuentes con múltiples tamaños o colores que no permitan una lectura clara. Lo esencial es transmitir lo que deseamos prácticamente a un golpe de vista, por lo que no hay que sobrecargar el currículum de múltiples y diferenciados elementos que acaben distrayendo en lugar de transmitir el contenido.
6 Destaca lo más importante
En un documento como el currículo, es esencial destacar lo más relevante, con el fin de dar una idea generalizada de nuestras aptitudes, conocimientos y experiencia laboral en un primer vistazo. Para ello, podemos emplear una fuente mayor que en el texto en general, o de mayor grosor, para los encabezados, al igual que podemos destacar las palabras o puntos clave del documento con negrita o cursiva.
Una buena forma de llamar rápidamente la atención es tener en cuenta las aptitudes que se requieren en la oferta de trabajo a la que queremos acceder si encajan con nuestro perfil y recogerlas en el currículum, dado que así daremos respuesta a las necesidades que tiene la empresa y aumentaremos nuestras posibilidades de tener una entrevista y, en consecuencia, de ser contratados. Además, si contamos con experiencia en el mismo puesto o campo del sector audiovisual al que optamos, también podemos destacarlo, con el fin de sumar puntos como candidatos al empleo al que apelamos.
7 No abuses de los listados
Los listados son la forma más rápida de transmitir la información recogida en nuestro currículum, dado que facilitan mucho su lectura al prescindir de párrafos densos e interminables. Recoger con ellos nuestras capacidades, logros y trabajos a lo largo de nuestra vida profesional es muy útil, pero utilizarlos con exceso en el currículum puede jugar en nuestra contra. Lo más aconsejable es limitar las listas a no más de cuatro puntos para plasmar las tareas que hemos realizado a nivel profesional, junto con quizás, como mucho, un par de puntos más en los que recojamos los logros más destacados de nuestra carrera. Todo ello para evitar un apartado demasiado extenso en el que se pierda la información más relevante.
8 Los gráficos, un recurso para llamar la atención
Los currículums cargados de apartados con distintos puntos son lo más habitual, pero no son el único elemento del diseño al que podemos recurrir. Los gráficos pueden ser un gran aliado a la hora de llamar la atención sobre determinado contenido y podemos adaptarlos según lo que queramos recoger con ellos. Son, además, una forma de transmitir una mayor profesionalidad a través de nuestro currículo, otorgando un mayor impacto en una primera impresión y marcando la diferencia con respecto a otros currículums.
A través de gráficos sencillos, podemos recoger, por ejemplo, la lista de empleos que hemos tenido anteriormente, a través de una línea temporal en la que los colocaremos de forma cronológica, quizás destacando aquellos más relevantes para el nuevo puesto de trabajo al que optamos. Existen gráficos muy variados (de barras, lineales, de sectores…) con los que podemos plasmar con rapidez y eficacia nuestras habilidades, aptitudes o hobbies, al igual que nuestro nivel en los distintos idiomas que conozcamos o los conocimientos que tengamos sobre los diferentes softwares que se emplean en el sector audiovisual.
No obstante, aunque los gráficos sean de gran utilidad, hay que tener en cuenta que deben ser elementos sencillos para que dejen clara la información que recogen, al mismo tiempo que han de mantener cierta armonía con el resto del documento en cuanto a los colores que escojamos para ellos: si utilizamos un tono azul claro, suave, plantar un gráfico en tonos chillones y cálidos no sería lo adecuado, ya que podría dar la sensación de que no encaja con el resto del documento.
9 Equilibra creatividad y profesionalidad
El diseño de nuestro currículum podremos determinarlo no solo en función de su destino, sino también de nuestros gustos. Por eso, es muy importante que tratemos de mantener un equilibrio entre creatividad y profesionalidad, teniendo siempre presente el hecho de si vamos a enviar nuestro documento a una empresa creativa como puede ser una compañía dedicada al diseño web o de videojuegos, o incluso una productora, o lo vamos a entregar a una entidad que requiere un carácter más serio o cotidiano, como puede ser un periódico generalista o una emisora de radio informativa.
En el primer caso, podremos apostar algo más por la originalidad y los elementos "impactantes" (en su justa medida, claro está), mientras que en el segundo, quizás lo mejor sea ir a un terreno seguro y apostar por un diseño más sencillo y conservador. Esto viene a raíz de que, elijamos una u otra opción, estaremos transmitiendo ya cierta información a nuestros posibles contratadores: que somos personas que sabemos arriesgarnos, que apostamos por lo diferente, que tenemos inventiva o, por el contrario, que sabemos ser profesionales y ordenados, características que pueden ajustarse a numerosos puestos de trabajo dentro del sector audiovisual.
Una opción alejada del carácter más tradicional del currículum, sería ajustarlo a la profesión o ámbito del sector al que apelamos. Por ejemplo, si deseamos ingresar en una productora cinematográfica, podemos emplear elementos como la típica cinta de película o un rollo para "decorar" como parte del diseño del currículum. Todo es cuestión de comprobar que no perjudiquen ni al diseño, ni a la estructura o la lectura de la información que recogemos y de tener en cuenta quién o qué empresa es el destinatario de nuestro currículum.
10 Elige una buena fotografía
Como recoge el dicho, "una imagen vale más que mil palabras", algo que también se puede aplicar en un currículum. Y es que, aunque no nos guste, una fotografía es más fácil de recordar que un nombre, por lo que es importante causar una buena impresión a través de la imagen que coloquemos en nuestro currículum, si decidimos hacerlo. Actualmente, muchas empresas están optando por evitar los prejuicios que la imagen de una persona pueda implicar, por lo que algunas de ellas están descartando la idea de solicitar currículum con fotografía, con el fin de apostar por la profesionalidad de cara a una primera entrevista laboral.
En caso de incluir una imagen nuestra, lo ideal es que la fotografía sea tomada por un profesional, generalmente con un fondo blanco, en la que mostremos una actitud competente pero accesible. Para ello, lo ideal es mostrar la cara, de frente, con una cálida sonrisa, sin exagerar, dado que una cara seria o neutra podría provocar un efecto contrario y alejar nuestras posibilidades de ser contratados. Además, hay que evitar que sea una imagen demasiado oscura, para alejarnos de esa idea más "tétrica" o "desconfiada" que podríamos transmitir.
Este elemento, junto al hecho de crear una marca personal con la que sea fácil que nos recuerde, podría jugar a nuestro favor a la hora de conseguir el empleo al que aspiramos. Crear un logo sencillo sobre tu marca personal e incluirlo en nuestro currículum puede, de hecho, sumar puntos para que se nos tenga en cuenta, al ser un elemento único, de nuestra cosecha, que evidencia nuestra profesionalidad o compromiso.