La proliferación de las plataformas de streaming y su creciente éxito y popularidad entre la audiencia, las han convertido en un excelente trampolín para que los creadores de producciones audiovisuales y todos aquellos miembros implicados den a conocer sus trabajos de un punto a otro del mundo. La irrupción de la pandemia y la consecuente cuarentena en gran parte del mundo supuso un empujón más a esta clase de servicios, cuya oferta no ha dejado de crecer a lo largo del tiempo.
Netflix es una de las plataformas que admite producciones independientes, aunque con condiciones
En abril de 2021, sin ir más lejos, Netflix, la plataforma pionera en el mundo del streaming, ha acumulado hasta 203,7 millones de suscriptores en todo el mundo, después de un último trimestre de 2020 en el que sumó hasta 8 millones de usuarios más. Por su parte, HBO publicó a finales de 2019 la cifra de 140 millones de suscriptores, mientras que Disney+ supera los cien millones de usuarios en menos de un año y medio después de su lanzamiento. En cuanto a Amazon Prime, el servicio de suscripción tendría hasta 200 millones de abonados, de los cuales, según indicó Forbes en 2019, 96 millones disfrutarían de su plataforma de vídeo. Hulu tampoco se queda atrás: la plataforma acumula 17 millones de suscriptores.
Con cifras como estas, desde la más pequeña hasta la mayor de ellas, no sorprende que el deseo de muchos cineastas, productores, directores y demás profesionales del audiovisual sea aspirar a situar alguno de sus trabajos en unas ventanas tan enormes en todo el mundo. Por supuesto, no es un trabajo sencillo y, de hecho, ha de comenzar por algo tan básico como esencial: que nuestro trabajo sea profesional, de calidad. Para el resto del proceso, a continuación recogemos algunos puntos básicos que nos pueden ayudar a la hora de intentar que nuestra película ocupe un hueco en plataformas como Netflix, Amazon Prime Video o Hulu.
1 ¿Es nuestra película de calidad?
Como ya se ha mencionado previamente, un requisito esencial para lanzarnos a vender nuestro film es comprobar que este sea de una calidad profesional con la que pueda resultar atractiva a las plataformas. De esa forma, debemos invertir en dicho proyecto tanto como de lejos deseamos que llegue. No es lo mismo rodar un proyecto universitario que un corto o un largometraje para una muestra profesional o, en este caso, un servicio de streaming. Por ello, lo adecuado es invertir tiempo, trabajo y recursos en todo el proceso de creación, desde el guion, pasando por la búsqueda de localizaciones y de equipo, hasta los actores, vestuario, maquillaje y demás recursos, hasta llegar al montaje final y la posterior proyección.
Además de cuidar cada uno de los aspectos de la película, debemos tener otro aspecto muy importante a la hora de atraer la atención sobre nuestro trabajo: la USP o Unique Selling Proposition, es decir, aquello que hace que nuestro film destaque por encima del resto, como puede ser un actor de renombre, una forma de rodar determinada e innovadora o contar con un miembro del equipo con cierto prestigio. Cualquier aspecto que consiga otorgar un valor añadido a nuestro trabajo sirve para resultar atractivo en el vasto mercado, aunque siempre es preferible que sea algo único que no posea ninguna producción "rival", con el fin de mantener la diferencia con respecto a ellos a la hora de vendernos ante las grandes plataformas.
2 Vender el film a través de una distribuidora
A la hora de vender nuestra película, debemos quitarnos la idea de que tendremos oportunidad de presentarla directamente ante encargados de las plataformas de streaming. De hecho, Netflix posee una página web en la que recoge el hecho de que la empresa "no acepta ideas ni materiales no solicitados" y donde, además, explica cómo podemos hacer que les llegue nuestra película: "a través de un agente literario autorizado o de un productor, abogado, mánager o ejecutivo de la industria del entretenimiento con los que Netflix tenga una relación ya existente". Esta es según recoge la propia compañía, la única forma de presentar un proyecto que pueda llegar a incluirse en su catálogo, por lo que toca la parte tan importante como complicada de tratar de vender nuestro film, en general y lo más recomendable, a un distribuidor.
Un distribuidor no solo nos asegura una relación sólida y fiable con la plataforma y nos acerca más a ella, sino que también conoce cómo se maneja en realidad un lanzamiento a tan gran escala y pueden ayudarnos a lo largo del proceso para que nuestro film obtenga el mayor éxito posible. Entre este tipo de empresas, podemos encontrar distribuidoras como Muvi o Speck. En el caso de la primera, se trata de una entidad que representa tanto a películas como programas de televisión en plataformas como Netflix, Hulu, Amazon Prime Video o Crackle, entre otras, a la cual podemos enviar nuestro film sin ninguna clase de coste. Bajo la promesa de dar "el mejor trato posible", Muvi se compromete a brindar a dichas plataformas un contenido de calidad y, en caso de que la nuestra supere sus expectativas, en caso de tener éxito y que se venda a alguna plataforma, "cobramos una comisión de agencia estándar". En caso de que suceda lo contrario, la empresa se ofrece a buscar una "distribución alternativa", con la que tener la posibilidad de ir ganando notoriedad en el mundo audiovisual.
En cuanto a distribuidoras como Speck, requieren un registro previo, con un pago de cincuenta dólares, bastante barata en comparación con los servicios que ofertan otras distribuidoras como Distribber, que ahora mismo tiene cerrada la recepción de proyectos y cuenta con una tarifa inicial de setecientos cincuenta dólares. Con dicho pago, en el caso de Speck, la distribuidora incluye la película directamente en su canal, disponible en Roku y otros dispositivos de televisión, por lo que ya supone un primer escalón hacia la proyección internacional, que sitúa nuestro film ante cientos de millones de posibles espectadores. En el caso de que nuestro trabajo supere la calidad exigida por la distribuidora, esta comenzará entonces el proceso de distribución entre plataformas más conocidas y con mayor proyección, como pueden ser Amazon Prime Video, Hulu o Netflix.
3 Recurrir a mercados de venta y festivales
Otro medio para alcanzar notoriedad y llamar la atención de las plataformas para que acepten nuestra película, es hacerlo a través de mercados de venta de proyectos como el de Cannes y festivales nacionales e internacionales de cine. Por descontado, este camino requiere mucho más esfuerzo y trabajo, además de una gran implicación por nuestra parte, como creadores de la película, pero los equipos de búsqueda y adquisición de contenidos de las distintas plataformas pueden encontrarnos a través de dichas ventanas. Lo corriente es que, en este tipo de mercados y festivales, estén presentes distintos miembros de la industria audiovisual a los que les pueda interesar nuestro proyecto.
Estos medios, además de servirnos para alcanzar las plataformas de streaming, también ofrecen la oportunidad de testar nuestro trabajo ante el público y, en caso de que lo creamos necesario, pulirlo para que sea una película de mayor calidad, convirtiendo el proceso en todo un aprendizaje que está bien aprovechar. Asimismo, también son espacios que permiten establecer relaciones con otros profesionales, de cara a vender futuros proyectos, a darnos a conocer o colaborar en otros trabajos, entre otras cosas. Nunca hay que subestimar el hecho de que conocer a otros profesionales del sector puede favorecer tanto nuestros proyectos como a nosotros mismos, y todo ello nos puede ayudar a obtener una mayor visibilidad con la que alcanzar nuestro objetivo: situar nuestro film en una plataforma de streaming. En estos casos, tendremos que atenernos a las condiciones que se nos ofrezcan, ya sea trabajando con una productora, con un agente, con la misma empresa o cualquier otro intermediario que nos pueda ayudar en el proceso de incluir nuestro proyecto en un servicio, con tal de tener un trato justo y acorde a nuestro esfuerzo.
4 Hacer un seguimiento
Al alcanzar nuestro objetivo de situar nuestro film en una plataforma, lo más corriente es que las tarifas de licencia comprendan una duración de entre uno o dos años, a lo que también se han de añadir los archivos de vídeo e ilustraciones de la película pertinentes. No obstante, ahí no concluye nuestro trabajo: podemos seguir esforzándonos en dar a conocer nuestra película, dado que el hecho de que la incluyan plataformas de streaming no implica que vaya a alcanzar a los espectadores, si está escondida entre las múltiples ofertas.
Por esa razón, podemos seguir implicándonos en su promoción, ya sea creando un sitio web para nuestro proyecto e incluir los enlaces necesarios hacia los servicios de streaming en los que esté disponible o, en el caso de plataformas como Hulu, insertar el código que posee el film en la misma, directamente en el sitio web, algo más recomendable. Por supuesto, las redes sociales también son un medio a tener en cuenta a la hora de dar a conocer nuestro trabajo, más allá de lo que las plataformas de streaming puedan hacer a la hora de promocionar nuestro proyecto.